Lo mío con André Rieu supongo que empieza con los anuncios en la tele de sus recopilatorios.
Pero lo fuerte-fuerte con Rieu empieza a partir de este video:

Me quedé atónito con la mezcla de música clásica y hooliganismo, con la mezcla de chándals y fracs.
Ahí en medio del campo de fútbol, ejerciendo de flautista de Hammelin, arco de violín va, arco de violín viene. Mezclando pizzicatos con trololos en un extásis provocado por la grandeza de la música clásica y el poder de la masa en un coliseo. Banderitas de supporters como batutas de un lado a otro dirigiendo la música que suena por los altavoces: Shostakovich a todo watio.
El saludo del violinista y rugido de los supporters al chin-pón final del waltz nº2 da paso a un "va pensiero" que evoluciona acobosadamente hacia un chumba-chumba para acabar con los saltitos de André en un apoteósico final a lo Hermes House Band (holandeses todos ellos).
Hasta aquí la introducción.
La obra de Rieu va más allá de las recopilaciones en cds y actuaciones en estadios o tele: André monta unos espectáculos donde pasa por la batidora música clásica, shows milimetrados, espectacularidad de grandes estadios, detallazos kitsch y hooliganismo.
Tanto monta un show en una plaza como en un mega estadio.
Sirva como muestra del primero este concierto en una plaza italiana (¡italiana, ojo!) donde vemos como mete uno a uno todos los superhits de la música clásica acompañables por clap-clap de manos y se reserva para la explosión final un conjunto folklórico de trompetuelas, blasones y banderas a lo majorette que culmina con el himno italiano y manos en pecho.

Pero es que en el segundo caso, en un mega estadio de Canadá, se curra una producción de cartón piedra con palacio vienés, fontanas italianas, coches de caballos, emperatrices, globos, patinadores sobre hielo, ángeles operísticos sobrevolando el escenario, parejas de bailarines de vals a tutiplén y, redoble de tambores, una sección completa de gaiteros metiéndole tralla a la gaita que da gusto.
Un, dos, tres, picadora Moulinex y listos.

Hooliganismo de música clásica: un nuevo Clásico Básico.